La producción de uranio poco enriquecido en Irán se sitúa ya en las 2,8 toneladas, una cantidad suficiente para fabricar entre dos y tres bombas nucleares, según informó ayer el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). El último informe técnico de la agencia nuclear de la
ONU refleja que el país islámico ha aumentado un 15 por ciento su producción de uranio poco enriquecido desde el pasado mes de mayo, y muestra la preocupación del organismo acerca de los posibles fines militares de la actividad nuclear iraní.
«Irán no ofrece la cooperación necesaria para permitir al organismo confirmar que todos sus materiales nucleares están destinados a actividades pacíficas», lamenta en el informe el director general del OIEA, el japonés Yukiya Amano, quien añade: «Es esencial que Irán coopere en estos asuntos. El paso del tiempo y el posible deterioro del acceso a algunas informaciones relevantes aumenta la urgencia».
En una entrevista publicada en el diario francés Le Monde el pasado 26 de agosto, el ex director general adjunto del OIEA, Olli Heinonen, adelantó que Irán ya contaba con alrededor de tres toneladas de uranio poco enriquecido, lo suficiente para montar una o dos bombas atómicas. Heinonen calificó entonces el programa iraní de «amenaza», si bien puntualizó que «dar el paso final, cuando sólo tienes suficiente material para dos armas, no tiene sentido».
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha emitido hasta la fecha cuatro resoluciones sancionadoras contra el programa nuclear iraní. La última, adoptada en junio de este año, solicitaba que el país islámico suspendiera el enriquecimiento de uranio, interrumpiera la construcción de toda instalación orientada a este fin y no iniciara nuevas construcciones. Unas peticiones que fueron desoidas punto por punto y desafiadas en una ley que el presidente Mahmud Ahmadineyad ratificó hace tan sólo un par de semanas. La nueva ley instaba a los científicos iraníes a continuar con el enriquecimiento de uranio al 20 por ciento.
El temor de la comunidad internacional, en especial de Estados Unidos y la Unión Europea, es que el gobierno de Ahmadineyad encubra, bajo una aparente industria pacífica destinada a fines médicos y civiles, su carrera en pos del armamento atómico. Un temor que se vio reforzado ante la negativa del presidente de permitir en esa misma fecha la entrada en Irán de dos inspectores de la ONU.
Sanciones y diplomacia
El ex premier británico Tony Blair, en una entrevista concedida el domingo al programa «This week» de la cadena estadounidense ABC, aseguró que si estuviera en su mano, no se arriesgaría a que Irán consiga el arma nuclear. Blair alentó a un fortalecimiento de las sanciones y la diplomacia frente al régimen de Ahmadineyad, sin excluir como último recurso la puesta en marcha de una acción militar contra Irán.
Las estimaciones indican que con una tonelada de uranio poco enriquecido se obtiene suficiente uranio altamente enriquecido para fabricar una bomba atómica.
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