miércoles, septiembre 01, 2010

La historia de baldrick, el erizo calvo



Baldrick ha cambiado la adivinanza del Oro parece, plátano es, por un divertido: Kiwi parece, erizo sí es. Algo así exclamaron los voluntarios de la protectora inglesa Lodge Wildlife Rescue cuando pusieron ante sus ojos al erizo más achuchable que jamás habían imaginado. Aquel ser con aspecto “raro” era un erizo calvito y aunque las púas les sirven a los erizos para protegerse, Baldrick no corre peligro, porque en esta protectora lo cuidan como a un auténtico
príncipe.



El pobrecito Baldrick nació casi calvo, y quizás fue su aspecto lo que asustó de tal modo a su madre que escapó corriendo y lo dejó abandonado. Ahora tiene cuatro meses de vida, y está al cuidado de esta protectora de vida silvestre, que lo acogió tras encontrarlo en un jardín en Great Yarmouth, Norfolk.



Es en sus instalaciones donde este tierno animalito recibe atención. Y quizás pasé allí el resto de su vida, porque los encargados de Baldrick afirman que no podrán liberarlo mientras siga sin espinas que lo protejan.


En palabras de sus responsables, John y Tonia Garner: Los erizos normalmente tienen alrededor de 500 púas, que los protegen de los depredadores y de otros elementos, y también consiguen mantenerlos calientes. Por eso sería peligroso liberar a Baldrick. No hay manera de que sobreviva si fuera puesto en libertad ahora. Sería como la liberación de una oveja en el Polo Norte.




Mientras la naturaleza espera, Baldrick no desespera. Porque a este peluche calvo lo que sí le ha crecido es el cuerpo. Cuando llegó a Foxy Lodge tenía seis semanas y pesaba 240g, pero ahora ya ronda el kilogramo, pues pesa 800g. Y cada día, además, a Baldrick lo bañan y recibe un masaje para suavizar su piel.

En el centro tienen la esperanza de que esto le hará crecer las púas. Pero hablemos de Baldrick, porque según sus cuidadores él es todo un personaje: Baldrick adora comer gusanos. Siempre se las apaña para conseguir más ración: te oye llegar a la jaula y se acerca hasta el borde de la jaula, pidiendo con las patitas. No estará satisfecho hasta que consiga unos gusanos más.

Y, hablando de algo más triste: creo que fue abandonado por su madre cuando sólo tenía semanas de edad. Quizás la madre sospechó que no iba a sobrevivir y la naturaleza es así de cruel. Si uno de los bebés no está a la altura, será abandonado. "Aunque, por suerte, lo encontramos. De lo contrario, habría muerto hace mucho tiempo”.

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