Steve Jobs, fundador y CEO de Apple, falleció el pasado día cinco de octubre de 2011, justo un día después de que la compañía de Cupertino presentara al mundo un flamante iPhone 4S. Tras librar una larga batalla contra el cáncer de páncreas, Jobs desaparecía dejando a Tim Cook al mando de la compañía, lo que dejaba entrever que algo ocurriría dentro de poco. En los últimos meses, se ha hablado muchísimo acerca del futuro de la compañía, sobre todo en relación a los lanzamientos que vendrán. Y aunque el nuevo iPad no ha llegado con mejoras demasiado relevantes, en estos momentos todo el mundo tiene la mirada puesta en el iPhone que vendrá. Todo apunta a que se trataría del iPhone 5, aunque con respecto a la nomenclatura, parece que Apple está dispuesta a romper los esquemas preestablecidos. Todo se verá.
De momento, tenemos que fijar nuestra atención en el futuro de la compañía, puesto que son muchos los analistas y expertos que vaticinan un cambio importante en la estrategia, pero también en los productos que se darán a conocer en un futuro inmediato. De hecho, los más optimistas ya han indicado que Apple seguirá in crescendo gracias a productos como el iPhone y el iPad durante los próximosdos a cuatro años. No obstante, muchos también se han fijado en la falta de carisma del líder actual, Tim Cook, destacando la necesidad de que Apple pueda contar de nuevo con un líder mágico que pueda seguir la estela de Steve Jobs. Según explica el analista Max Weber, otros ejecutivos de Apple como Jon Ive y Scott Forstall son personajes con muchas más cualidades, ideales para sustituir la ausencia de Jobs.
Lejos de haber iniciado un declive, los últimos resultados de Apple nos indican que las cosas van bien, puesto que la compañía ha logrado vender la friolera de 35,1 millones de unidades del iPhone, superando incluso las expectativas de los analistas y llegando a los 12,30 dólares por partcipación en bolsa.
Nos encontramos ante datos positivos, pero lo cierto es que en los últimos meses, la compañía no ha destacado por encima de otras con lanzamientos sorprendentes. El iPhone 4S calcaba las prestacionesde su antecesor, el iPhone 4, y apenas añadía mejoras como el procesador A5 de doble núcleo y unprograma en versión beta, Siri, que hacía las veces de asistente virtual por voz. El nuevo iPad tampoco ha llegado con mejoras impresionantes al mercado. De hecho, dejando a un lado la pantalla Retina y el gran potencial del procesador gráfico, el nuevo iPad sigue siendo más de lo mismo. Pero, ¿qué ocurrirá con el iPhone 5?
Este será el primer teléfono que llegue sin Steve Jobs al mando y todos los medio apuntan a que este podría ser el momento elegido para dar un giro radical a la ficha de especificaciones. Se espera, en este sentido, que el nuevo iPhone 5 pueda contar con una pantalla más grande (de incluso 4 pulgadas), cosa que nunca habríamos imaginado en plena era Jobs, además de un diseño totalmente cambiado que nos permitiría pensar en una nueva era Cook. Lo veremos más adelante, probablemente en octubre, aunque el primer evento importante de Apple tendrá lugar en junio, en la conferencia anual de desarrolladores.
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